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Yardi Kube
¿Patrocinar o no patrocinar? ¿Permitir o no permitir freelancers? En un lado del espectro están las incubadoras, que patrocinan (solo) startups y ofrecen un periodo limitado en espacios de trabajo, normalmente oficinas. Los espacios de coworking se sitúan generalmente en el otro extremo del espectro, patrocinando muy raramente a sus miembros y ofreciendo el espacio de manera indefinida en zonas de trabajo abiertas. Por supuesto, no siempre todo es blanco o negro. Existen algunos espacio de trabajo que combinan los principios de ambos. Muchos de ellos se refieren a si mismos como espacio de coworking o incubadoras, pero algunos afirman que hacen ambas cosas: el híbrido incubadora-coworking.
By Anna Cashman - Viernes, 12 Octubre 2012

Las incubadoras son los internados del mundo de los negocios, aceptando startups jóvenes y aún en pañales; formándolas, asesorándolas y convirtiéndolas en empresas preparadas para el mercado, antes de enviarlas de vuelta al mundo real e invitar a una nueva tanda de startups para continuar con el ciclo.

A medida que la economía compartida gana fuerza y el número de startups y freelancers aumenta, sin embargo, un segundo modelo de incubadora está aumentando su popularidad.

Las incubadoras-coworking han tomado el modelo clásico de las incubadoras y añadido elementos de coworking. Como parte de ello, naturalmente, incluyen un área dedicado al coworking, pero también significa aplicar algunos de los valores típicamente asociados con un espacio de coworking. Concretamente, la apertura y el enfoque en la construcción de una comunidad a largo plazo.

Existen diferencias con las incubadoras tradicionales en dos sentidos importantes. En primer lugar, aceptan un grado de apertura. No son exclusivas para startups, también están abiertas a freelancers y trabajadores independientes, que normalmente trabajan en un área dedicada a coworking.

La segunda diferencia entre las típicas incubadoras y las incubadoras-coworking son los términos mediante los cuales las empresas y los freelancers se asocian. A diferencia de las incubadoras clásicas, no hay fecha de expiración en el tiempo de permanencia de las startups. Su pertenencia es indefinida, permitiendo centrarse más en la construcción de la comunidad. Sin embargo, las compañías y las personas tienen igualmente que realizar una solicitud para hacerse miembros, y solo son aceptados si su estilo encaja con el de la mayoría de la comunidad.

Pero exceptuando los elementos de patrocinio y la estética con oficinas privadas (que también pueden encontrarse en algunos espacios de coworking), parece que estas incubadoras-coworking podrían también llamarse “espacios de coworking para startups”. A menudo aplican las mismas directrices a los miembros que los espacios de coworking.

Pero, ¿cómo afectan estos elementos a la comunidad, la apertura, la serendipia, y el sentimiento de espacio de trabajo? Comparamos algunos de estos espacios híbridos que han aparecido por docenas durante el pasado año, y averiguamos qué trabajadores son los adecuados para cada espacio:

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RocketSpace se inauguró en febrero de 2011 en San Francisco y alberga actualmente docenas de empresas. Es una incubadora bastante conocida entre las startups, que además se denomina a sí misma “espacio de coworking” en sus artículos. Cuando visitamos RocketSpace en marzo, sin embargo, nos informaron de que no están permitidas las visitas, así que aparte de la recepción, solo podemos suponer que existe un “espacio de coworking”. Desde fuera parece un sitio agradable con un espacio de trabajo abierto.

Aloja startups como Spotify, el servicio en streaming que ha dejado a muchos de sus usuarios descontentos al publicar las canciones que están escuchando en Facebook sin su conocimiento. Sin embargo, el principio compartir-todo-te-guste-o-no no es mantenido por RocketSpace, prohibiendo el acceso a las personas de fuera. 

Por un lado, denegar las visitas constantes es aceptable, ya que sus residentes tienen el derecho a trabajar sin interrupciones. RocketSpace además colabora con muchas empresas, que normalmente requieren de mayor privacidad.

Por el otro lado, la política es tan restrictiva que las diferencias entre esta “incubadora-coworking” y las grandes corporaciones con las que trabajan son difíciles de señalar, reprimiendo los acontecimientos al azar que tanto espacios de coworking como incubadoras tienen en tan alta estima.

RocketSpace está enfocada hacia startups que ya se han asegurado el capital de inicio. No albergan verdaderas startups nuevas. Ya que solo aceptan negocios que ya han encontrado inversores, hay un riesgo significativamente menor involucrado, pero también una menor oportunidad de crear nuevas ideas y de desarrollo prolongando dentro del espacio.

El espacio de trabajo se parece un poco a Windows 8: parece nuevo, fresco y abierto, pero en una fracción de segundo puedes volver a su anterior interfaz. Al menos hacen algunos eventos abiertos, la mayoría de los cuales requiere el pago de una entrada (baja).

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